MANEJO AGRONÓMICO

La broca es un insecto de color negro, del tamaño de la cabeza de un alfiler. Es muy perjudicial porque cuando ataca, perfora y daña los granos, para alimentarse de las almendras del café. Es una plaga que inicia su ataque en los frutos verdes del cafeto, entre los 3 y 4 meses después de la florescencia, produciendo perdidas, pues disminuye su peso , deteriora la calidad del grano, lo que afecta el precio de venta, y aumenta los costos de producción por las acciones de control que deben adelantarse. 

Son insectos que se localizan en el cuello del tallo o en las raíces de los árboles de café y se alimentan de la savia, causando su debilitamiento general.  Son varias especies: Dysmicoccus spp, Neochavesia caldasiae, Puto Barberi y Toumeyella coffeae.  

Los síntomas de esta plaga presentan amarillamiento, necrosis y caída de hojas.  Durante la cosecha, también se presentan caídas prematuras de los frutos y con frecuencia se observa la muerte de plantas, tanto en crecimiento como en producción.  

Estas dos plagas se ven favorecidas con el aumento de las temperaturas y la ausencia de lluvia ya que pueden dispersarse por el viento entre cafetales y fincas,  desplazándose  en el mismo árbol. Su daño ocasiona una reducción del área foliar y de la capacidad fotosintética de la planta hasta en un 70% afectando la productividad del cultivo.

La arañita roja es un ácaro casi imperceptible, ubicado en la parte superior e inferior de las hojas de los cafetos.   Se manifiesta presentando un bronceado sobre el haz de las hojas, puesto que la alimentación de la planta se da succionando la savia infectada.  

El minador de la hoja del cafeto es una plaga muy dañina que afecta principalmente el área fotosintética y causa la defoliación de los árboles.  Es una especie monófaga porque sólo ataca el género Coffea y en Colombia  su manejo normalmente lo hacen los enemigos naturales que evitan que este insecto se convierta en plaga del café. 

Es la principal enfermedad del cultivo del café, causando perdidas entre el 23% y 50% en la cantidad y calidad de la producción en las variedades susceptibles, que no tienen un oportuno y adecuado manejo de la enfermedad.  Se distingue por la presencia de un polvillo amarillo en el envés de las hojas enfermas, propiciando su caída y restringiendo el proceso de fotosíntesis en la planta. En Colombia su manejo se basa en la siembra de las variedades de café resistentes a esta enfermedad desarrolladas por Cenicafé.

El síntoma típico de la enfermedad es la formación de lesiones circulares u ovaladas en las hojas, que tienen color rojizo y se tornan gris claro a medida que envejecen, propiciando la caída prematura de la hoja, afectando severamente los frutos de todas las edades, causando su necrosis, daños en calidad y peso, y caída prematura de los mismos. 

Los cafetos afectados por el mal rosado se reconocen, porque las partes terminales de las ramas aparecen con el follaje amarillento, marchito o seco.

Ocurre comúnmente en cafetales con malas condiciones de luminosidad y aireación, favoreciendo el desarrollo del patógeno sobre tallos secos y hojarasca que se acumulan en la parte superior de los árboles. Esta enfermedad puede afectar  la producción del café.